La colaboración entre la NASA y Astrobotic para explorar las cinco investigaciones científicas a bordo de la misión Peregrine Mission One está en marcha. En un hito histórico, Peregrine se convierte en el primer módulo de aterrizaje lunar comercial estadounidense en emprender un viaje a la Luna. Sin embargo, poco después de su separación, surgió un problema de propulsión. Esta nave espacial, desarrollada y diseñada en el ámbito privado, emplea tecnología innovadora, parte de la cual nunca ha sido probada en el espacio. Aunque es demasiado pronto para determinar la causa subyacente, la NASA respalda a Astrobotic y colaborará en la revisión de los datos de vuelo para identificar el problema y planificar futuras acciones.

«Los viajes espaciales presentan numerosos desafíos, y estamos sumamente orgullosos de los equipos de Astrobotic y la NASA que nos han llevado un paso más cerca de un regreso robótico a la superficie lunar como parte de Artemis. Este modelo de entrega de servicios es novedoso para la agencia, y con lo nuevo, conlleva un mayor riesgo», señaló Joel Kearns, administrador asociado adjunto de exploración en la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. «La NASA está comprometida a respaldar a nuestros proveedores comerciales mientras enfrentan la compleja tarea de llevar ciencia y tecnología a la superficie lunar».

Se anticipa que cuatro de las cargas útiles de la NASA a bordo de Peregrine serán transportadas en futuros vuelos, entre ellas, el conjunto de retrorreflectores láser, el sistema de espectrómetro de infrarrojo cercano, el sistema de espectrómetro de neutrones y el espectrómetro de transferencia lineal de energía. Sin embargo, el espectrómetro de masas con trampa de iones peregrinos no tiene un vuelo futuro confirmado en el marco del CLPS.